Colocá el agua hirviendo en una taza, espolvoreá la gelatina y dejala hidratar.
Lavá bien los damascos y, sin pelarlos, extraé el carozo. Cortalos en trozos, ponelos en una cacerola con el jugo de limón, el edulcorante y la gelatina disuelta.
Y ahora, ¡al fuego! Llevá todo a una hornalla y dejá hervir unos 40 minutos moviendo de a ratitos.para que no se pegue y hasta que se evaporen los líquidos. Tiene que quedarte más o menos espeso, cual mermelada.
Cuando esté a punto, dejá enfriar y colocalo en algún frasco de vidrio o repiente hermético. ¡Y mandalo a la heladera! Cuando se enfríe va a tomar más consistencia.
*La receta es de Francisco Fernandez en Cookpad.