Simplemente licuá, mixeá o procesá todos los ingredientes hasta que queden súper triturados.
¡El mango congelado es clave! Eso le aporta textura al smoothie y lo hace más espeso. Mientras más congelado esté, más espeso te va a salir.
Tip extra: si querés que quede todavía más espeso y cremoso, sumale una banana congelada.